lunes, 28 de noviembre de 2011

REMEMBER…

Luego del día D, 6 de junio de 1944, el declive del Eje fue evidente, las tropas aliadas avanzaban liberando Europa del yugo Nazi; algo similar ocurría en el extremo oriente y en el Pacífico, los combatientes de la libertad avanzan imparables y la orden a la huestes de Hitler y del Emperador Hirohito es ejecutar a prisioneros, militares o civiles antes que permitir su liberación. Cientos de prisioneros de guerra murieron bajo las balas o las bayonetas del eje, miles de judíos, gitanos, homosexuales, disidentes y otros perecieron por el designio de Hitler o de los generales japoneses, en su retirada los invencibles dejaban un rastro de cadáveres, es probable que nunca se sepa cuantas personas murieron en esta orgía de sangre.

Jamás un medio de comunicación cuestionó el avance aliado con el argumento de la salvaguarda de estos prisioneros, nunca un político reptil (léase Piedad Córdoba) trató de usar este argumento para frenar el avance de la libertad, madres, padres, viudas y huérfanos, estoicamente, y sin entrevistas asumieron su perdida, llevaron su duelo consientes del sacrificio inevitable por el bien común.

Entiendo y comparto el dolor de los familiares de los secuestrados asesinados por el grupo terrorista de las farc, entiendo y comparto el dolor de los familiares de quienes siguen en la selva encadenados a un árbol, pero no comprendo, ni puedo comprender la discusión mediática que pretende poner en tela de juicio el legitimo derecho del ESTADO COLOMBIANO a procurar la seguridad de 46 millones de colombianos, no fue Franklin Delano Roosevelt quien mató 6 millones de judíos, no  fue él quien causó la muerte de 50 millones de seres humanos, no es el estado colombiano quien causa la muerte en nuestro país, no, son los asesinos de las farc.

Mi pesar por las muertes de estos colombianos, víctimas de la barbarie fariana, pero esto no se arregla con piernas abiertas, esto se arregla con plomo.

BUZIRACO MENOR.

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